Sunday, September 6, 2015

La Iglesia Católica y los Extraterrestres

La Iglesia Católica y los Extraterrestres

Por Giorgio Piacenza

Primera Parte: Aproximaciones Teológicas




Revisemos – aunque sea someramente – parte del pensamiento teológico que se ha gradualmente acumulado en la Iglesia Católica respecto a la vida extraterrestre, un pensamiento en evolución que realmente sería necesario valorar filosóficamente en caso que realmente se constatase de forma pública la existencia de esta vida, especialmente si esta fuese “inteligente” y se revele gracias a la astrobiología, a la ovnilogía, a la exopolítica o a… ella misma.


Aunque el profesor emérito de teología sistemática Ted Peters no se remite exclusivamente al catolicismo, sus estudios deben ser tomados en cuenta porque reflejarían cómo podrían responder las principales (y menos extremistas) instituciones religiosas, incluyendo la institución católica apostólica y romana. Ted Peters, catedrático de la Unión Teológica de Graduados (Graduate Theological Union), descubrió por medio de su original encuesta que los líderes de la mayoría de las instituciones religiosas se sentían cómodos y seguros frente a la posibilidad de descubrir vida extraterrestre inteligente.


Particularmente, me inclino a pensar que también la mayoría de los líderes intelectuales dentro de la curia del Vaticano y de la Iglesia Católica en general se sentirían igual debido – entre otras cosas - a la incorporación de la hermenéutica en la interpretación teológica y doctrinal y (sumada a una amplia exégesis) de los libros de la Biblia.


Asimismo, muchas religiones tradicionales y moderadas judeo cristianas contarían con los medios intelectuales para adaptar sus interpretaciones doctrinales a la revelación de una presencia extraterrestre. La creatividad de Dios no estaría reducida al Planeta Tierra en la vasta inmensidad del cosmos.


Vease la explicación que Ted Peters (autor de “UFOs: God’s Chariots?”) ofrece sobre su estudio en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=4Vy9y3-jW7I


Quizás en el trabajo de Ted Peters no se consideraron claramente algunas de las implicancias más provocativas respecto a una posible presencia extraterrestre en el pasado histórico y pre histórico terrestre. ¿Se podrían también adaptar y complejificar las doctrinas religiosas si se descubriese que seres extraterrestres inteligentes modificaron el código genético humano?


¿Sería este un reto superior al planteamiento de la evolución natural de las especies? Pienso que sí pero opino que a la postre el reto también sería superable siempre y cuando conceptos como “Dios”, “intervención divina” y “salvación” permanezcan fuera de las posibilidades de los extraterrestres, lo cual debería ser así ya que ellos (por más avanzados que fuesen) serían seres dependientes, contingentes, imperfectos y relativos. Hay que recordar que los extraterrestres también serían seres creados y/o existencialmente sostenidos por Dios y que no pueden reemplazarlo.


Cuando, durante un simposio de astrobiología en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (un simposio titulado ”Preparándose para el Descubrimiento:  Una Aproximación Racional al Impacto de Hallar Vida Inteligente, Compleja o Microbiana Más Allá de la Tierra”), algunos exopolíticos sospechábamos que la Iglesia Católica estaba a punto de revelar algo importante. Por ello durante el simposio pregunté personalmente al hermano Guy Consolmagno (astrónomo del Observatorio Vaticano, curador de la colección de meteoritos del Vaticano y autor de la obra “Would you Baptize an Extraterrestrial?” [¿Bautizarías a un Extraterrestre?]) si es que él estaba al tanto de la posibilidad que la iglesia se estuviese preparando para descubrir vida extraterrestre o quizás para revelar conocimientos sobre contactos extraterrestres ocurriendo en la actualidad. Él me contestó que no era así por lo que él sabía y que, a juzgar por algunas interacciones directas con el Sumo Pontífice, presumía que el Papa no se hallaba particularmente interesado en estos temas. Consolmagno tampoco parecía interesado en las investigaciones ovnilógicas ni en tratar el tema extraterrestre fuera de sus estudios astronómicos, astrobiológicos y teológicos formales.


Estas respuestas (además de similar enfoque de parte de otros teólogos y filósofos durante el simposio) resultaron ser algo así como un “baldazo de agua fría”. Teníamos la esperanza de algo más, en especial proviniendo de uno de los científicos astrónomos cercanos al Vaticano, de alguien que recientemente se había hecho notorio por afirmar que, si un ser inteligente racional no humano pidiese ser bautizado, él lo haría.


Pero es que aunque no sabemos que puede realmente estar pasando, hay sospechas y muchos teóricos de la conspiración (incluido ovnílogos y exopolíticos) dan por descontado que “la iglesia” oculta la presencia extraterrestre y que, si alguien como el hermano Consolmagno habla sobre un aspecto de ello (el bautizo de extraterrestres), esto solo sería posible porque se le ha permitido bajo un plan concertado de posicionar culturalmente a la iglesia antes de una gran revelación,  un plan para posicionarse en el mundo en caso que ellos u otra autoridad creíble (o quizás los extraterrestres mismos) revelen la realidad de tal presencia (que además podría ser de larga data histórica).


Hay que entender que desde hace siglos la Iglesia Católica pasa por un proceso de aceptación y adecuación a las ciencias naturales y, desde el anterior simposio de astrobiología (Una Semana de Estudios de Astrobiología) organizado dentro del mismo Vaticano por la Academia Pontificia de las Ciencias en 2009, pienso que no cabe duda que podría fácilmente aceptar y adecuarse a la vida extraterrestre, principalmente si se descubriese por medios científicos convencionales. Lo que sí se puede asumir razonablemente es que existen algunas voces convencionales dentro de la iglesia que estarían preparando el terreno para tal descubrimiento.


El Papa Francisco I también parece compartir la idea acerca de la viabilidad de bautizar a un ser extraterrestre si se dieran las condiciones básicas expuestas por Consolmagno (un ser razonante que desee ser bautizado). Pero debemos tener en cuenta que ya en parte estas ideas no son originales y que fueron tratadas y postuladas por teólogos católicos en el pasado y aunque recientes declaraciones (más acordes con un deseo actual de trabajar sin negar ni a la razón ni a la ciencia) llamen la atención. Aunque son declaraciones importantes, no constituyen un “nuevo concepto” sorprendente que rompa con la tradición. Más bien serían la feligresía, algunos archiconservadores y algunos críticos acérrimos de la iglesia quienes parecen ignorar (o querer ignorar) esta situación que ha superado con creces la previa y consabida intolerancia... “galileísta” con la que en el imaginario popular quedó marcado respecto a la conducta de la Iglesia Católica.

Sírvase visitar el siguiente enlace:


Es también de conocimiento público que el Padre Gabriel Funes, astrónomo principal del Observatorio Vaticano, también acepta la posibilidad que exista vida extraterrestre, aunque – al indagar su postura científica con más cuidado - no parece creer que el descubrimiento de la misma se dé pronto. Funes además sostiene una posición teológica que afirma que la reencarnación de Cristo en la Tierra fue un evento único y válido para todo el universo.


Después de una breve investigación, descubrí que considerar el tema extraterrestre – aunque no es muy frecuente - no es algo nuevo. El Padre Karl Rahner, teólogo influyente de la Iglesia Católica, emplea el término “Habitantes de las Estrellas”, admitiendo la posibilidad de otras historias de salvación y múltiples reencarnaciones de La Palabra o Logos.


Theodore Hesburgh, quien fue presidente de la Universidad de Notre Dame enfatiza que como lo que más refleja a Dios es la libertad y la inteligencia por sobre las características de la materia, entonces podemos asumir que ha creado algo más que abundante materia, en otras palabras, a otros seres provistos de inteligencia en el universo. También, el sacerdote Hans Kung, influyente teólogo de la Iglesia Católica, también escribió que se debía conceder la posibilidad de que exista otra vida inteligente en el Universo.


Guillaume de Vaurouillon, escolástico franciscano del Siglo XV propuso que el sacrificio de Jesucristo tuvo un valor universal, siempre y cuando existan otros seres inteligentes y racionales en el cosmos. También postuló (en oposición a Tomás de Aquino) que Dios podría haber creado una infinidad de mundos más perfectos que el nuestro.


El fraile dominico y teólogo Thomas O’Meara considera en sus obras tituladas  "Vast Universe" (Vasto Universo) y "Christian Theology and Extraterrestrial Life" (Teología Cristiana y Vida Extraterrestre) que Tomás de Aquino dejó la puerta abierta a la posibilidad de que una de las Personas de la Santa Trinidad hará extensiva la salvación a otros seres inteligentes en el cosmos y que no deberíamos limitar lo que el Divino puede o no puede hacer, incluyendo la posibilidad de otra reencarnación divina posterior.


En el siguiente enlace puede encontrar la obra de O’Meara "Christian Theology and Extraterrestrial Life": http://cdn.theologicalstudies.net/60/60.1/60.1.1.pdf

En la Edad Media, el fraile dominico Tommaso Campanella dijo que las civilizaciones extraterrestres no habían cometido el “pecado original”, sino otro tipo de pecado más acorde a ellos. Tommaso y el fraile dominico Giordano Bruno fueron algunos de los que propusieron el concepto de la “pluralidad de los mundos”.


El padre jesuita Domenico Grasso, teólogo en la Universidad Pontificia de Roma, declaró: “¿Por qué toda la perfección que vastamente concedió Dios al universo estaría escondida sin declarar Su gloria? ¿Quién escribe un libro que nunca va a ser leído?” Además, mencionó al teólogo alemán y padre dominico Joseph Pohle, quien en 1904 escribiera la obra Celestial Worlds and their Inhabitants (Los Mundos Celestiales y sus Habitantes), donde señala: “Parece que el propósito del universo es que sus cuerpos celestiales sean habitados por seres que reflejen la Gloria de Dios en la belleza de sus cuerpos y mundos, tal y como lo hace el hombre de forma limitada en su mundo”. Grasso comenta al respecto añadiendo: “pero estos no son ángeles, ya que los ángeles son seres espirituales puros y sólo pueden percibir la materia indirectamente, tal y como nosotros sólo podemos percibir el mundo de los espíritus indirectamente”.

El erudito Padre Januarius de Concilio señaló en su libro Harmony Between Science and Revelation” (Armonía entre la Ciencia y la Revelación) que los seres extraterrestres son criaturas “con sustancias inteligentes unidas a una especie de cuerpo”. También argumentó (como el Monseñor Corrado Balducci) que podrían ser inteligencias que se ubican entre los seres humanos y los ángeles. Yo estimo que algunos podrían parcialmente ubicarse ahí (en algunos aspectos) pero no necesariamente todos.

El Padre Theodore Zebek escribió un artículo titulado "Theological Questions on Space Creatures" (Preguntas Teológicas sobre las Criaturas Espaciales) y publicado en la “American Ecclesiastical Review” (Revista Eclesiástica Estadounidense), donde afirma que los seres extraterrestres mencionados en las Sagradas Escrituras no están prohibidos por éstas.

El Decano de la Facultad de Teología Sagrada de la Universidad Católica (en Washington, D.C., Estados Unidos), el Padre Francis J. Connell publicó un ensayo titulado "Flying Saucers and Theology" (Los Platillos Voladores y la Teología), donde escribió: “Es bueno para los católicos saber que los principios de su fe son totalmente compatibles con las posibilidades más increíbles acerca de la vida en otros planetas”.

Sor Ilia Delio, monja franciscana, teóloga y científica, acepta la probable presencia extraterrestre en el cosmos e intenta reconciliar este hecho con la ciencia y la fe al crear una nueva cosmología llamada “EXOCRISTOLOGÍA”. Sírvase leer "Christ and Extraterrestrial Life" (Cristo y la Vida Extraterrestre) en el siguiente enlace: http://www.michaelsheiser.com/UFOReligions/Christ%20and%20ET%20Life.pdf
y vea el siguiente video en inglés titulado "The Christian Life in Evolution" (La Vida Cristiana en la Evolución): https://www.youtube.com/watch?v=CDRvaqUjJkI

El abogado Daniel Sheehan quien fuera Consejero General de la Orden Jesuita en los Estados Unidos desde 1975 a 1977, recientemente predijo que el Vaticano revelaría conocimiento de la presencia extraterrestre después de la publicación de la encíclica “Laudato Si’” del Papa Francisco la cual se enfoca en proteger las formas de vida de la Tierra y la ecología así como condenar el capitalismo abusivo y excesivo. Su predicción se malinterpretó y se entendió como que él sabía a ciencia cierta que el Papa revelaría la presencia extraterrestre en junio del 2015.


También se confundió esta predicción personal con su mención del “llamado” teológico y científico general de la Orden Jesuita a prepararse para el probable descubrimiento de vida fuera de la Tierra (siendo esta una de las razones por las cuales la conferencia de astrobiología del 2009 fuera organizada por la Academia Pontificia de las Ciencias y el Observatorio Vaticano). En el siguiente enlace, podrá encontrar una interesante conferencia del abogado Daniel Sheehan sobre su participación en materia ovni y los temas ya mencionados: https://www.youtube.com/watch?v=B4O55wKY-xg

No sé si alguien en la jerarquía de la Iglesia Católica sepa o estudie sobre alienígenas tipo humanos, pero lo dudo. Quizá George Adamski pudo reunirse con el Papa Juan XXII tal como lo declaró en 1963 y quizás este papa tuvo un encuentro con extraterrestres parecidos al hombre como se dice que el secretario personal del Papa, Loris Francesco Capovilla, rememoró en alguna ocasión, pero no cuento con la fuente original de esta última información.


Lo interesante es que el concepto de “ángel” como “mensajero” es ampliable a seres físicos. En cierto modo todos podemos actuar como ángeles según las circunstancias. Quizá algunos teólogos considerarían que los “ángeles” que supuestamente Abraham encontró fueron extraterrestres de carne y hueso parecidos al ser humano y no “espíritus puros”; no lo sé, pero realmente eso espero  ya que (no solo debido a su similitud sino al comportamiento descrito por varios contactados) muchos extraterrestres parecidos a nosotros (empero no necesariamente todos) podrían ser buenos amigos de la familia humana terrestre.


Tanto en la teología católica como en la de otras religiones monoteístas, la creación del ser humano es considerada un evento único y en la tradición católica, ésta merece “la salvación” del Único Hijo Engendrado de Dios. Pero, ¿cuál es el significado profundo de la “salvación”? y ¿hasta dónde pueden llegar nuestras interpretaciones? Si se descubriera vida extraterrestre inteligente ya sea a través de la astrobiología, los contactos, la revelación o que “ellos” (los extraterrestres) mismos se den a conocer, tanto la teología como la doctrina tendrán que amoldarse a dicha realidad. Al hacer esto, se llegará a un punto medio integrativo con otras ideas esenciales de otras ideologías y doctrinas religiosas de la Tierra. Sobrevendría una ampliación interpretativa de todas estas doctrinas para hallarse pautas comunes a nivel planetario ante una realidad extra planetaria.

NO creo que “Jesús fuera un extraterrestre” o que “los extraterrestres vayan a reemplazar a Dios”, pero tampoco acepto fácilmente las declaraciones generales (que son igualmente superficiales) sobre las implicancias teológicas destructivas que pudiera tener el descubrimiento de vida extraterrestre y, en particular, el descubrir vida extraterrestre inteligente, racional y tecnológica (sin importar cuán avanzados sean en comparación a nosotros). En cambio creo que es necesario reflexionar más profunda y cuidadosamente. No es conveniente re huir estos temas pero tampoco tratarlos de forma simplista.

En lo que coincido con muchos teólogos es que los artículos de fe no serán tirados a la basura. Por el contrario, ellos se expandirán y madurarán para incluir el descubrimiento de la vida extraterrestre inteligente y racional y de otras formas de vida en general (¿un “segundo génesis” incluso si no se tratara de vida consciente, racional y tecnológicamente competente?).

Digamos que los extraterrestres hayan intervenido en nuestro pasado genético, incluso entonces, eso no significaría que reemplazan a Dios, que Dios no exista o que la Creación o la existencia dependiente de dios no haya sucedido, ya que como seres existentes, los primeros actúan “en el tiempo” y el Ser supremo “fuera del tiempo”, o mejor dicho como "sub specie aeternitatis" (bajo la categoría de eternidad); entonces, metafísicamente hablando, Dios habría creado y sigue creando continuamente, así como lo podemos concebir bajo de nuestra perspectiva dentro del tiempo.

Dios también habría creado a los extraterrestres que podrían ser capaces de elegir, de equivocarse o “pecar” (errar y distanciarse de su relación con Dios) bajo distintos grados de gravedad (cometiendo errores espirituales), por lo tanto, podrían pensar y actuar de forma que fortalezcan o debiliten su cercanía a Dios. Definitivamente no serían perfectos y algunos estarían más cerca de las enseñanzas de Dios que otros, pero lógicamente, todos serían realmente nuestros hermanos como seres inteligentes originados por la misma Fuente y seres cuya existencia depende del Absoluto (el origen común).


No obstante, lo que debemos considerar, desde una perspectiva católica, es tratar de entender si el “pecado original” (más allá de una interpretación literal) sólo se aplicaría a los humanos terrestres o a todos los otros tipos de “humanos” en el cosmos (entendiéndose por “humanos” a seres capaces de libres decisiones racionales) y más aún, si El Hijo de Dios sólo se manifiesta en toda la infinidad del cosmos como Jesucristo en la Tierra o si no debemos limitar lo que El Hijo de Dios/Logos (o cualquier persona de la Trinidad) puede hacer, ya que El Hijo de Dios/Logos podría manifestarse o encarnarse a través de la forma física de otro ser de raciocinio limitado como de un profeta u otro maestro espiritual (con forma humana o incluso no humana), según sea necesario para la salvación espiritual de otras civilizaciones planetarias específicas. 

Dicho de otro modo, ¿habrán otras civilizaciones en el cosmos que habrían ‘pecado’ en mayor o menor grado y que necesiten un profeta de su propia especie biológica e historia en el cual “encarne” el Logos para su salvación espiritual? 
Habría que distinguir entre la Segunda Persona de la Trinidad y el ser contingente con el cual se relaciona en cada planeta o civilización y vislumbrar si cada encarnación del Logos puede ser entendida como el mismo evento salvífico aunque ocurra a través de distintas personas finitas. Habría que entender cómo puede este evento entenderse bajo las perspectivas de religiones no cristianas y entenderlo de manera suficientemente ecuménica y universal y aplicable a nivel planetario y extra planetario, tratando de superar (de forma integrativa bajo principios comunes) aparentes incompatibilidades irreconciliables.

Al leer las posiciones de diversos teólogos como aquellos ya mencionados, creo que dentro del cristianismo, si es que “el Vaticano”, otra institución importante, eventos mundiales o alguna persona de renombre mundial revelara la presencia extraterrestre, el concepto de la singularidad del ser humano, el del pecado original y el del rol de la “salvación” de Jesucristo deberán evolucionar, incluyendo las máximas profundidades místicas de sus dogmas y complejidad de estas para poder incluir a los extraterrestres dentro de las mismas, luego de identificar que estos no son simplemente “espíritus puros” buenos o malos y que no todos son iguales. Curiosamente en términos técnicos, ALGUNOS “ángeles” o “mensajeros” pueden presentarse físicamente en carne y hueso, entonces podrían ser clasificados como humanos o extraterrestres… pero dejo este tema para otro artículo.

Hablando acerca de quién puede considerarse “humano”, el tema va más allá de la biología y creo que diversos teólogos (incluyendo al jesuita Guy Consolmagno y al teólogo dominico Thomas O’Meara, ambos inspirados por Tomás de Aquino) estarían de acuerdo en extender esta clasificación e incluir a los extraterrestres SIEMPRE Y CUANDO estos sean racionales y si tanto en nosotros como en Dios existiera la posibilidad de amistarlos, respetarlos y AMARLOS.

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Segunda Parte: ¿Ocultamiento de la Verdad o Exageración?

Debido a que las mejores investigaciones ovnilógicas, contactistas y exopolíticas acumuladas por más de siete décadas racionalmente indican una alta probabilidad que haya una presencia extraterrestre real en la Tierra, espero que esto sea tratado oficialmente, además de tomar en cuenta solo aquellos temas extraterrestres respaldados por descubrimientos astrobiológicos formales.


¿Cómo se pueden desvincular las autoridades eclesiásticas de todo lo dicho en el “Citizen’s Hearing for Disclosure” (La Audiencia Ciudadana para la Revelación) del año 2013 ocurrida en el Club Nacional de la Prensa de Washington, DC? ¿O de los interesantísimos testimonios del 2001 como parte del Disclosure Project también en el Club Nacional de la Prensa? 



Es como si las personas influyentes que toman decisiones no solo al interior de la Iglesia Católica sino dentro de todas las demás grandes instituciones formales solo quisieran dialogar con personas de otras instituciones formales en desmedro de la verdad la cual se relega a un plano secundario. Creo que esto básicamente se debe más a temores personales y a la presión de grupo que a la imposibilidad de tratar el tema de otras inteligencias extraterrestres. También se debe a que la presencia de seres de otros mundos en general parece inmediata (y pre-verbalmente) incongruente con la forma como instintivamente sentimos y pensamos nuestra relación con el mundo y esta forma es demasiado inconexa, valorando más las relaciones y conexiones exteriores que las interiores.



Bajo una perspectiva psicológica (por ejemplo de auto preservación, prejuicio cognitivo y auto identidad) y sociológica (por ejemplo de control social) pareciera haber un acuerdo tácito de tratar así las cosas; pero el mismo se presta a sospechas que en realidad se sabe más y se oculta. ¿Cuánto hay de verdad acerca de esto?

Por otro lado, ¿podrían realmente algunos “exopolíticos” orientar a las grandes instituciones sociales si se descubriese vida extraterrestre inteligente y ella fuese anunciada de forma tal que no pudiese ser racionalmente negada por los líderes intelectuales y culturales de esas instituciones? A veces se dice que muchas grandes y poderosas instituciones encubren la verdad. Pero ¿qué es lo que realmente sabemos acerca de esas instituciones para afirmar eso? ¿Qué sabemos más allá de algunas conferencias, documentales especulativos y libros especializados en teorías conspirativas que frecuentemente se extrapolan en un sentido exopolítico y/o ovnilógico sin mayor constatación y cuestionamiento?   


Si definiéramos (como Michael E. Salla, PhD) “exopolítica” como el estudio de los individuos clave, las instituciones y los procesos políticos en relación a la vida extraterrestre o si la definiéramos como “el campo de investigación y activismo político que trata con las implicancias prácticas y culturales de una presencia extraterrestre” deberíamos no solo tratar de especular inteligentemente sino de tratar de comprender los valores, creencias, procesos y tendencias futuras dentro de instituciones humanas clave.


Un adecuado “pensamiento exopolítico” requiere que tratemos de afinar nuestro entendimiento sobre todos los posibles extraterrestres (aun lejanos o -de alguna manera tecnológicamente más avanzada- ya actuando en el planeta entre nosotros). Para ello contamos con una variedad de fuentes más o menos creíbles tales como declaraciones de verdaderos o supuestos contactados (como Sixto Paz Wells y Eduard ‘Billy’ Meier), de personas que muy probablemente trabajaron en proyectos secretos (como el Sargento Mayor Robert O. Dean en la OTAN o el Sargento Clifford Stone del Ejército de los Estados Unidos), algunos estudios de abducidos y algunos documentos secretos filtrados hacia el mundo exterior. También necesitamos tratar de cuidadosamente entender cómo funcionan las grandes instituciones y qué se valora de manera formal dentro de ellas para así poder actuar responsablemente como vínculos apropiados entre ellas y una nueva realidad cultural que nos forzaría a re-plantear quienes somos como especie ante el planeta, ante lo divino-trascendente y ante el cosmos y otras formas de vida e inteligencia.


Como ejemplo institucional relevante me referiré a la Iglesia Católica por ser paradigmática en la historia de la humanidad y también frecuentemente poco comprendida a pesar de ser una institución orientadora de valores y cultura en una amplia parte de la humanidad; institución dentro de la cual  teóricamente debería existir algún grado de interés sensato y juicioso respecto a la vida extraterrestre debido a las implicancias que esta tiene para replantear premisas doctrinales y culturales fundamentales.


Si se diera una revelación importante de la presencia extraterrestre (“están acá e interactúan con nosotros”) o una revelación menor (“hemos recibido una señal o indicio”), el aporte exopolítico debería basarse en algo más que en algunas suposiciones conspiracionistas seleccionadas bajo la tendencia de cuestionar “desde fuera” a la institución (principalmente a partir de  puntos de vista ovnilógicos y exopolíticos conspiracionistas). Quiero decir que, a pesar de un gran desconocimiento, se sobre generaliza, frecuentemente acusando a la Iglesia Católica de saber mucho y (para auto preservarse o quizás como parte de un complot para mantener al ser humano esclavizado) de ocultar que realmente estamos siendo visitados por seres extraterrestres. Por ello frecuentemente se les acusa de ser parte de una red de poderes ocultos que controlan al mundo.


Sin negar que podría haber algo o mucho de verdad en cuanto a que algunas instituciones ocultan las mejores evidencias detrás del fenómeno ovni, en realidad para poder asesorar mejor a la humanidad y al aspecto formal de esas instituciones, también debemos tratar de conocer mejor la historia, función, estructura, valores y trayectoria intelectual de las mismas sobre las cuales se tejen muchas teorías conspirativas. Dicho de otro modo, nuestros conocimientos debe ser más completos y serios para nosotros como exopolíticos ser considerados de forma más seria y como una opción a la cual acudir en caso de… una sorprendente e inevitable revelación. 

A pesar que la Iglesia Católica funciona bajo una estructura jerárquica no llega realmente a ser un organismo monolítico funcionando bajo una forma totalmente integrada de decidir todo. Podría haber áreas de interés reservadas a especialistas y supervisadas por algunos pocos de forma extra oficial. Del mismo modo pienso que tampoco los “Los Estados Unidos” y “Washington” o “los banqueros internacionales” o “las transnacionales” o “la ONU” podrían unificadamente manejar este tema como unidad perfectamente integrada aunque frecuentemente la gente que de una u otra forma crítica al sistema internacional actual predominante (incluyendo a muchos ovnílogos y exopolíticos) adopta una postura como si así fuera.


He notado que - influidos por el imaginario público -  es fácil pensar desde fuera de las instituciones declarando sin real evidencia que ciertas instituciones gubernamentales estarían encubriendo el fenómeno ovni y una casi obvia (para la mayoría de los ovnílogos y exopolíticos) presencia extraterrestre. Es una tendencia humana ver a un otro poderoso con sospecha, sobre todo si está en las noticias, maneja grandes recursos, funciona jerárquicamente, tiene un alcance internacional y avala creencias que mueven ingentes masas.

En fin, existe una tendencia a sobre generalizar que también se aplica a la exopolítica y a la ovnilogía tanto cientifista como contactista y estos campos de investigación tienen mucho que ver con cómo se piensa extra oficialmente respecto a la relación entre la vida extraterrestre y las grandes instituciones.


Frecuentemente muchos activistas en favor de la revelación del fenómeno OVNI, (algunos de ellos anti sistema, “new age”, de pensamiento progresivo, pensamiento alternativo e izquierdistas) persistentemente hablan de “Los Estados Unidos” como si fuese un imperio monolítico donde la mayoría de sus líderes llegase a acuerdos para manipular al resto del mundo. En otras palabras, como tendencia de una mente dicotómica ideologizada, es bastante fácil hacer críticas exageradas desde afuera de las instituciones formales con poder. Tenemos que tener en cuenta estas tendencias al criticar a “la iglesia”, la CIA, “los banqueros internacionales” como si todos fuesen claramente parte de un complot. Quizás lo más sensato sería pensar que algunos elementos extra oficialmente investigan el tema de forma secreta y casi sin supervisión de las fuerzas políticas e institucionales convencionales (la mayoría de las cuales prefiere no saber nada al respecto ni inmiscuirse). Es también concebible algún grado de coordinación internacional.

Una vez más ¿podría ser que, respecto a los ovnis y a los extraterrestres, la mayoría de los representantes formales (aún de alta jerarquía dentro de la iglesia y la curia vaticana) no saben mucho, ni controlan nada al respecto, tal como el Dr. Steven Greer (contactado y persona seriamente consagrada al tema de la revelación de la presencia extraterrestres) expone en sus conferencias respecto al alcance de las actuales instituciones, donde indica que ni siquiera los directores actuales de la CIA son realmente puestos al tanto de la información más relevante?


 De existir conocimientos suficientemente claros respecto a los extraterrestres ¿podría acaso tratarse de una “curia paralela” (extra oficial) o de personas en la curia formal tratando un tema “no admitido oficialmente” o de personas contratadas para tratar el tema supervisados por una brevísima minoría dentro la curia? No lo sabemos, pero ¿a quién rendiría cuentas esta curia paralela? ¿Le informarían al papa o solo coordinarían entre ellos y con sus vínculos extraoficiales en otras organizaciones paralelas?


¿Se le asignó al Monseñor Corrado Balducci (entonces demonólogo del Vaticano) hablar en favor de los extraterrestres y la posibilidad que ya estuvieran visitándonos o fue algo a título personal que fue tolerado? Al menos se le permitió brindar declaraciones influyentes en los medios. Y Monseñor Corrado Balducci también habló teológicamente sobre el rol hipotético ocupado por (al menos algunos) seres extraterrestres dentro  del orden de la creación.


Al haber sido amigo de algunos sacerdotes de diferentes órdenes, pienso que - en términos generales - ellos tienen suficiente libertad personal para brindar sus opiniones, inclusive respecto a la vida extraterrestre… en tanto lo declarado no contradiga las enseñanzas de la Iglesia. Y por lo general, hablar sobre seres extraterrestres inteligentes se ha casi convertido en una tradición digamos “respetable”, incluso si ésta continua siendo algo controversial y se habla de la misma siempre en relación a otros temas. 


Pero al fin y al cabo, ¿qué es “la iglesia”? En teoría, en el plano terrenal, ella se compone esencialmente de las personas bautizadas y la jerarquía eclesial y la curia del Vaticano la dirige (según la fe y la doctrina) guiada por el Espíritu Santo. Sin embargo, si consideramos que en “el Vaticano” sus miembros principales también dirigen las investigaciones, los secretos, consideraciones y revelación de ovnis, mi hipótesis es que sólo serían unos pocos quienes extraoficialmente se encargarían de esos temas. No sería algo muy distinto a cómo podría estar sucediendo en los Estados Unidos o quizás a nivel mundial según investigadores reconocidos como Richard Dolan, Steven Greer y Michael Salla. Solo serían unos pocos, haciéndolo extra oficialmente y entre ellos solo otra fracción tendría acceso a la totalidad de las investigaciones.


Esta entidad “especial” (¿extra oficial u oficial?) podría estar representada por aquellos personajes que serían relevantes en caso haya una aparición masiva e innegable de artefactos extraterrestres y quizás serían personas que tendrían que asesorar a figuras con poder de decisión formal, tales como el Papa, algunos cardenales y obispos.


Deberían ser personas capaces de lidiar con temas que pondrían nerviosos a la mayoría de los dirigentes normales y formales. Aun así supongo que la persona que realmente sabe de estas cosas, debe contar con una autorización especial “según su necesidad de información”. Quizá también exista un grupo secreto “de iniciados” en el tema, personas fieles a la fe que investigan pero cuyos puestos oficialmente no existen. ¿Quizás serían algunos elementos élite en el servicio secreto del Vaticano? ¿Especialistas en la orden de La Compañía de Jesús (los jesuitas)? ¿Quizás el demonólogo oficial del Vaticano? O miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe?


Preguntarse ¿quién es quién? en el Vaticano respecto a la investigación de una posible presencia extraterrestre sería similar a indagar quién representa a los Estados Unidos en cuanto a las decisiones realizadas sobre este mismo tema. De existir grupos secretos que toman decisiones importantes sobre este tema a costa de nuestra ignorancia, estos podrían hallarse en proyectos de investigación no admitidos dentro de la estructura institucional formal, lo cual permitiría a los jerarcas oficiales la posibilidad de negar conocimiento alguno respecto a tales investigaciones o a una posible presencia extraterrestre. Esta es la hipótesis de la política de la “negación plausible” normalmente acompañada de la política de “compartimentar” en tareas o funciones separadas a las personas encargadas de distintos aspectos de una investigación secreta para que ninguna pueda conectar “los cabos sueltos” y poner en evidencia el trabajo conjunto que solo unos poquísimos conocerían.


Quienes serían y qué sabrían sobre estas cosas (si es que existen) es algo que habría que averiguar con cuidado, estudiando más de cerca a la iglesia. Quizás se oculta verdad “para nuestro propio bien” o quizás en desmedro de nuestro bien colectivo y de la evolución de la humanidad y la sociedad. O quizás no existan ni tales personas ocultando así las cosas ni tal grupo de estudios secretos que se encargue de quitarle a los jerarcas oficiales el peso moral de pensar sobre estos temas. Simplemente no se sabe con certeza pero si especulásemos (y es necesario hacerlo con cuidado) habría que intentarlo incluyendo (una vez más, con cuidado) no solo las versiones conspirativas que se manejan en la internet, documentales, libros y conferencias ovnilógicas y exopolíticas, sino un entendimiento más formal sobre qué significaría para la fe y la doctrina admitir la existencia de otros seres racionales en el universo.


En efecto, otra área en la que frecuentemente se generaliza en base al prejuicio, la sospecha y la ignorancia es respecto a la supuesta inflexibilidad de los dogmas y de las doctrinas frente a la aparición de datos radicalmente distintos de los utilizados para manejar los presupuestos religiosos.  Muy a la ligera se afirma que “las religiones caerían” y que no podrían adaptarse al descubrimiento de vida extraterrestre, sobre si fuera vida extraterrestre inteligente y más aún si se supiera a ciencia cierta que esta se halla aquí en cierta manera interactuando en el planeta cerca de nosotros. ¿Pero qué hay de verdad en esto? ¿Acaso no somos más resilientes y podemos evolucionar?

Cuando ocasionalmente ovnílogos y exopolíticos exponen sus afirmaciones, premisas, estudios e hipótesis respecto a cómo la Iglesia Católica estaría secretamente manejando un conocimiento sobre la vida extraterrestre, pocas veces los he visto, leído o escuchado desarrollando sus temas bajo un modesto conocimiento histórico o teológico. Podrían tener algo de razón, no lo sé, pero creo que también deberían conocer qué es lo que se piensa dentro de la teología formalmente admitida.

También – de forma ya clásica - cada vez que Funes habla sobre este tema, surgen rumores sobre si la Iglesia se está preparando en secreto para hacer una revelación o, sino que como recientemente indicó que duda que descubramos  vida extraterrestre pronto, esto indica que la iglesia ha decidido seguir continuar manteniendo oculto  su verdadero conocimiento al respecto. 

Es razonable suponer que habrían personas encargadas de estudiar el tema extraterrestre dentro de la Iglesia Católica puesto, que visto imparcialmente, el fenómeno OVNI incluye varios tipos de evidencias “de peso” que tomadas en su conjunto clara y racionalmente sugieren que realmente “estamos siendo visitados”. También es razonable suponer que dentro de una  iglesia histórica de tal magnitud habrían personas encargadas oficial u extraoficialmente de estudiar esta situación ya que para las personas pensantes las implicancias serían de interés ineludible. Por lo tanto, aunque no lo sepamos a ciencia cierta, es posible que dentro de la curia haya personas que sepan más sobre estas posibles investigaciones aunque a la mayoría se les mantuviera “fuera de este círculo” ya que simplemente se confundirían, no estarían interesadas en saber, no podrían aportar ideas concretas o, simplemente, (como sucede en la mayoría de instituciones de inteligencia) no tendrían” la necesidad de saber”.


Además, si dichos “iniciados” hubieran negado, suprimido o reprimido psicológicamente el verdadero conocimiento sobre la vida extraterrestre y, sin embargo, ahora se hallasen tomando decisiones exopolíticas importantes en representación de la feligresía o de la población planetaria en general (quizás junto con otros “iniciados” conformando un grupo secreto trans institucional a nivel internacional), ellos podrían no ser las personas más idóneas para esto.


Quizás sienten que deben guardar todo en secreto al poseer una mentalidad dicotómica-analítica-exclusivista ya que de no habérseles impuesto esta realidad no la hubieran buscado ni aceptado de forma natural sin pruebas contundentes. Interesantemente, bajo una extensión de esa misma mentalidad, podrían extender ese rechazo psicológico a afrontar la verdad proyectándolo inconscientemente sobre el resto de la población: Al no haber estado  preparados, inconscientemente asumirían que nosotros tampoco lo estamos y se constituirían como una especie de “super egos” Freudianos a escala social.


El problema sería que sus mentalidades clásicas (de ganar-perder, sin tercio incluido, sin complementariedad, sin vínculo intrínseco suficiente entre lo espiritual, mental y físico) perpetuarían un estado de deficiente relación con extraterrestres que supuestamente se hallarían en un estadio de entendimiento más avanzado que el clásico. En todo caso, tenderían a asociarse más con variedades de seres más problemáticos y conflictivos cuya lógica de fondo les parecería más asequible. ¿Cómo podrían representar a la humanidad bien?


Una vez más, afirmo que la necesidad de negar y luego controlar la verdad en cuanto a la presencia extraterrestre depende en gran medida de la manera tradicional de pensar, sentir y existir en el mundo, una manera dicotómica de pensar, sentir, valorar, actuar bajo la que nuestro líderes mayormente operan y que podría ser superada si el ser humano contase en su constitución con las potencialidades para hacerlo.


Quizás (aun de forma mayormente inconexa dentro de muchos movimientos alternativos en el mundo) estamos superando una forma donde sentir y juzgar se definen excesivamente por instintos o pulsiones de sobrevivencia en pequeña escala y como egos aislados adecuados a un mundo físico limitado por leyes clásicas.


Pero la verdad de una presencia extraterrestre inteligente “ya aquí entre nosotros” desafiaría cómo nos sentimos básicamente como partícipes de “la realidad” y junto a ello, desafiaría al materialismo clásico, su lógica clásica (fundamento de la ciencia moderna así como del escolasticismo católico). Mostraría interconexiones insospechadas, algunas quizás propias de lo que se reconocía en una etapa “pre-racional”, hoy considerada como “superada” y “supersticiosa”. Esa presencia desafiaría una manera de pensar, de sentir y de organizarnos, que también está siendo paulatinamente superada y cuestionada por voces intelectuales independientes y alternativas…principalmente al margen de las grandes instituciones formales.


Explicar cómo superar las distancias y el tiempo requerido para manifestarse entre nosotros también  desafiaría la creencia en una teología que enfatiza a Dios como una figura paterna excesivamente independiente y trascendente…demasiado desconectado,  a la distancia.


Habría una especie de “alergia instintiva” contra lo paranormal (en realidad lo supernormal), lo extra mundano y por ende, contra lo “extraterrestre” en las personas cuya auto identidad se vincula de forma directa y vital a las grandes instituciones formales de la actualidad. Superar esa “alergia” significaría pensar independientemente y/o tratar esos temas dentro del más profundo secretismo perteneciendo a un grupo de “iniciados” no oficialmente reconocidos.



Dicho de otro modo, al superar distancias espacio-temporales (quizás bajo una ciencia “post convencional” donde la mente y la consciencia son tan fundamentales como la materia, espacio, energía y tiempo), la presencia extraterrestre (que manipula espacio y tiempo y se vincula con aspectos psíquicos) también cuestionaría de raíz una antigua forma de ser intrínsecamente desvinculada-desconectada (la desconexión hombre-naturaleza, hombre - mundo psíquico sutil y hombre-Dios) a la cual hemos estado instintivamente sometidos en parte (a pesar de sus positivas contribuciones para la humanidad) bajo el aval de la teología racional escolástica y de la ciencia materialista moderna, enfatizando excesivamente tanto a la materia sobre la consciencia como a un Dios trascendente y distante por sobre su aspecto inmanente.